Mi interés por las posibilidades que entrega el grabado surgió inicialmente por emplear una técnica que sirviera para canalizar la experiencia de herir o rasgar cierta superficie, que luego podría dejar una huella permanente. De ello, nacieron ciertos personajes dispuestos en ambientes caóticos y abstractos.
Posteriormente, confeccioné una serie de muñecas de tela con fotolitografía, aludiendo inicialmente el tema de la muerte y la desaparición. Un nuevo conjunto de muñecas fue confeccionada para desarrollar una analogía de la experiencia infantil con relación al juego, su repetición e intervención a través de la la multiplicidad social femenina.